Jébel

Amanece… 
y un botón reseco,
se abre al mundo; 
desplegando sus alas tímidamente, 
mientras cae la nívea caricia de la mañana,
en forma de rocío.

Cada extremo sedoso y colorido,
se expande, 
rebosante de vida
y parte allende la vacua crisálida.


El ignorante de lo efímero, 
trafica el néctar de las flores, 
dispensando,
entre pétalos sedientos
sus besos, 
disfrutando 
en el desconocimiento,
una existencia
que ha de caer,
pronto,
en el olvido,
cuando duerma el sol.

“Los seres humanos son como la hierba, su belleza es como la flor del campo. La hierba se seca y la flor se marchita…” 1 Pe. 1:24

Comentarios

Entradas populares