Un grito que se pierde en la penumbra del olvido,
entre mares de rostros sonrientes,
autómatas,
que sonríen fingidamente.

El viento ulula, 
escurriéndose 
entre las gotas de lluvia.

Observo,
el transitar 
de los que persiguen y 
muerden su cola.

Y pienso repentinamente;
Si, podrías descubrirme aún
y dejar a la intemperie asolearse, 
el significado de mis poemas ambiguos.

¿Por fin tendrás el valor de decirme
lo que siempre sentiste?
O tal vez las promesas inertes
a un mañana que nunca llega,
se conviertan en tu único refugio
mientras navegas en mares de letras, 
que ni tú entiendes...

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