¿Qué esperas encontrar, al recontar las huellas de un pasado muerto?
¿Acaso la irónica coincidencia de situaciones críticas que reinician un ciclo sin fin?
Las mismas palabras que relees una y otra vez con añoranza, aún existen, son las mismas… pero forman oraciones con sentidos diferentes que evocan un paisaje florido sobre el de un páramo derruido, y así nacen canciones, que brotan impávidas de una memoria regenerada por la luz y el amor.

Soy la misma carne,
Soy el mismo aliento,
Soy el mismo cielo,
Soy la misma tempestad,
Soy la misma sangre que clama,
Soy la misma sensibilidad agudizada por el sentimiento intenso, 
que brota de la vida.

Hermana de los desterrados, 
con una mano extendida y el corazón abierto. 

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